jueves, 29 de mayo de 2008

EL SINDROME DE SUPERMAN

“Y ESO QUE ES CRISTIANO…” la frase mas dolorosa que me han dicho, no hay una frase tan renombrada como esta que pueda transformar a un piadoso seguidor de Cristo en fuego consumidor. Es como un interruptor que puede en solo cuestión de microsegundos transportarte de la gloria al pantano, de la tranquilidad a un torbellino de pensamientos macabros. Esta frase puede hacer explotar un volcán que ha estado inactivo por mucho tiempo (por la gracia de Dios), o en el peor de los casos te hace remorderte de impotencia por no poder responder como se lo merece. En medio de esta situación tan incomoda que encasilla a los cristianos en un perfil perfeccionista que no nos da el derecho a equivocarnos y nos quita el derecho a fallar, como si junto a la oración de Fe, firmáramos un contrato en el que renunciamos a nuestra condición humana y nos convertimos cósmicamente en “cuerpos gloriosos”. Cierto día me invente una estrategia para defenderme un poco de este machetazo verbal.

Decidí que cuando alguien me escupiera estas palabras mágicas en la cara, iba contestarle lleno de amor, misericordia, piedad y un poco de sarcasmo: “NO, ESTAS EQUIVOCADO, MENOS MAL QUE SOY CRISTIANO, O SI NO FUERA PEOR …”

Si, mi defecto no es ser cristiano, todo lo contrario , ese es mi mejor acierto, seguirlo a El es mi mejor cualidad, talvez, mi única fortaleza, como dice la canción de Marcos Yaroide “ Todo lo que soy y lo que tengo se lo debo a EL, Todo se lo debo a EL…”.

En estos días un fiel amigo me recordó este caso y me puse fervientemente a pensar en esto ¿Por qué ocurre esto? ¿Por que solo se nos dice algo así a los cristianos? ¿Por qué no les dicen nada a los testigos, o a los mormones? Si alguien despiadado suficientemente letrado pudo inventarse esa frase ¿Por que no se invento una parecida pero igual de hiriente para los SSS, o para los Hare Hare? ¿Por qué Nosotros?. Algo tuvo que ocurrir, algo tuvimos que hacer nosotros que ellos no hicieron.

Hace mas o menos 1 año iba en un bus medio vació camino a casa, eran como las 3 00 pm. Cuando se subió al automotor un hombre vestido de pantalón beige, camisa café, zapatos de cuero de cocodrilo y una Biblia impecable bajo el brazo. Les confieso que cuando lo vi subir, conversar un poco con el conductor, y luego volarse muy decorosamente el torniquete, me emocioné. Pensé que este VARON iba a hacer algo que yo nunca he hecho, talvez por que no he sido capaz, pero siempre he soñado con hacer, Predicar en un bus de servicio público. Luego de presentarse con voz de locutor (no creo que esa fuera su propia voz), empezó a hablar acerca del pecado de la humanidad y del fin fatídico que iban a tener todos los pasajeros del bus, sino hacían lo que el varón decía. La palabra infierno fue el común denominador de su mensaje, hablo de cómo las 4 bestias del Apocalipsis iban a aplastar el autobús de un pisotón si no aceptaban a Jesús. Narró como el gran dragón estaría esperándonos en nuestras casas para calcinarnos e incinerar nuestra familia si no tenían a Jesús en su corazón. ¡¡ ARREPIENTANSE PECADORES, GENERACION DE VIBORAS¡¡ ¡¡ EL INFIERNO ARDIENTE LES ESPERA , ALLA ES EL LLORAR Y EL CRUJIR DE DIENTES¡¡ describía con gran detalle el infierno y sus torturas como si lo conociera.

Después de terminar su mensaje hizo una corta oración y se bajó del bus. Yo quedé sorprendido y asustado, es mas, antes de bajar del bus hice la oración de Fe otra vez (por si acaso) yo creo que del mismo terror, temblor y pánico que se respiraba en ese autobús. Menos mal ese día tenia puestos mis zapatillas tennis por si se me aparecía un dragón o algo parecido podía arrancar a correr como un loco.

Después de recordar este suceso me di cuenta que frases y actitudes que las personas tenían con los cristianos solo eran una reacción que nosotros habíamos provocado. Simplemente un reflejo normal a una posición que nuestra iglesia cristiana en general ha tomado sin darse cuenta. Así como la parábola del sembrador en la que un campesino lanza semillas sobre el campo, talvez nosotros nos hemos dedicado a lanzar semillas de juicio sobre toda la tierra y lo que poco a poco hemos cosechado ha sido reacciones groseras, respuestas violentas, oposición pública y en el mejor de los casos indiferencia. Como tenemos y conocemos la verdad nos sentimos en todo el derecho de juzgar a todo el mundo. Le decimos a nuestros amigos lo que hacen mal. Le recordamos a nuestro hermano de sangre que esta en pecado, sin tener una pizca de amor o misericordia. Rechazamos a nuestro papá porque es un alcohólico y cuando podemos lo señalamos y avergonzamos, utilizando la Santa Palabra de Dios como licencia para aplicar justicia a toda la tierra. Queremos evangelizar con historias de terror y juicio para que todos vengan a recibir a un Dios de Amor.

Cuando un homosexual se sienta junto a nosotros en el bus, nos corremos un poquito por que “eso se pega” y hacemos guerra espiritual en nuestra mente para que se baje rápido. Si alguien llega vestido de manera “incorrecta” al templo, lo sacamos de la iglesia y lo EXHORTAMOS para que vista como queremos. Cerramos las puertas de las iglesias con un letrero transparente que solo los inconversos pueden leer “NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE ADMISION” . y aún peor, dentro de las propias iglesias juzgamos, criticamos, hablamos de todos, aún nos sentimos en el derecho de meternos en la vida de las personas señalando que un pastor no puede montarse con otras tres personas en un taxi por que daña AL CUERPO DE CRISTO. Violamos no solo el deseo de Dios sino también una ley de la constitución nacional que dice que todos tenemos derecho a la privacidad.

Nos contagiamos de este estilo el cual yo llamo “EL SINDROME DE SUPERMAN”. Si recuerdas este superhéroe, su lema antes de salir a salvar al mundo de la maldad, era “A LUCHAR POR LA JUSTICIAAAAA” . Salimos volando a luchar por la justicia cotidiana. Después de conocer que nuestro Dios Todopoderoso es un Dios de Amor, Santo y Justo. Nos dedicamos a practicar y entrenar este último atributo: JUSTO. Y nos olvidamos de el resto, Vivimos vidas dobles, somos santos en la iglesia pero en nuestra casa las vulgaridades y la grosería están a la orden del día. Amamos a casi todos los hermanitos de la iglesia, pero a nuestros padres los odiamos por lo que nos dicen o hacen, a nuestros hermanos los levantamos a puño por que no se someten e insultamos a nuestra novia por que la vemos hablando por teléfono con el líder. Pero, en el caso de la justicia somos todos unos magistrados de la corte suprema de justicia celestial, juzgamos aquí , juzgamos alla, tenemos una mirada de rayos X para detectar todos los errores y maldad que hay en las personas, nos aprendemos todos los versículos de la Biblia que nos ayudan a perfeccionar este talento. Vaya habilidad.

Yo le pido perdón a Dios por ser un superman del evangelio. No quiero luchar por la justicia, el único que convence de pecado y juicio es el ESPIRITU SANTO. Yo no quiero tener esa mirada de rayos X. No quiero ni siquiera ser un Superhéroe, y si día a día tengo que luchar, quiero luchar por el amor.

Por ese amor que lo llevó a la cruz por mis errores. Por ese amor que lo hizo salir a buscarme en la noche dejando las 99 ovejas. Por ese amor que siendo yo un peregrino cansado, una mañana El tocó mi puerta y me dijo: TE TENGO UN LUGAR. (como dice la canción de torre fuerte.) Ese amor que también le ha dado un lugar a esas personas que hemos juzgado y señalado por años. Jesús también las amó y murió por ellas. Por eso reconozco hoy: Jesús, tu eres un verdadero Superhéroe. TU ERES MI SUPERHEROE.

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