Mi abue ha estado enferma. Bueno, uno se puede enfermar cuando tiene 100 años. Sí, mi abuela Adriana, a quien llamamos Mayaya, tiene 100 años. Ha resistido en su vejez una operación en los ojos, en el estómago (o algo así por dentro), problemas en las rodillas, pero está viva aún mientras escribo esto.
Ha vivido tanto quizás porque Dios le dijo que viviría tanto. En un sueño vio que deshilaba una bola como de la lana muy grande y luego escuchó una voz que le dijo que Como te hace falta deshilar, así serán tus años de vida. Quizás no estoy utilizando las mismas palabras pero más o menos es así.
Cuando era joven en su pueblo, mientras dormía, vío que la muerte (Si, la de la hoz) intentaba meter su mano por la puerta para tocarla. Ella alcanzó a coger un cuchillo, agarró la mano de la muerte y con el cuchillo la cortó desde la muñeca. Parece realismo mágico pero bueno, quizás sólo fue un sueño o una premonición de su vida. Los mismos 100 años de García Márquez que mi abue no ha vivido en soledad, gracias a Dios.
Ahora está enferma (a esa edad cualquiera se enferma) , yo la llamé para preguntarle como seguía y con voz fuerte me dijo: ¡Con cien años y todavía escucho tu voz!
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